Es conocido por mis lectores que soy un pesimista existencial respecto al número de seguidores de este blog. Aún así, por deferencia a ellos, ya que -aunque en privado- me lo han solicitado, voy a centrarme en próximos post en los hoteles de lujo españoles. Bajo el título "Alfredo, de gira por España" hablaré de los establecimientos con más clase de nuestro país. No seré tan exhaustivo como frecuento debido a que convertiría en kilométrico este capítulo. Si pierdo, por tanto, dos o tres de mis lectores frecuentes me veré abocado al más absoluto de los fracasos y mi psiquiatra me lo recriminará.
Quiero que se me excuse al no utilizar en esta saga, absolutamente todos los criterios de calidad y rigor sobre los hoteles que, creo, han quedado claros en mis anteriores entradas. Lo digo porque, quitando algunas ciudades españolas (pocas), los hoteles con clase en España no se prodigan efusivamente, que digamos. Por tanto, sin llegar al detalle de ir municipio por municipio, al menos quisiera citar uno de cada Comunidad Autónoma.
Como estoy delimitando el criterio geográfico al ámbito nacional español, espero suscitar interés en el lector y le animo a que rompa el vacío absoluto y gélido del que hacen gala casi todos los buzones de comentarios de cada uno de mis post.
Hace poco, navegando por el ciberespacio a la caza de alguna noticia relacionada con la hostelería, me topé con una acaecida en Australia cuyo contenido afirmaba:
"El artículo dice que los viajeros que esparcen comentarios o reseñas negativas sobre hoteles podrían exponerse a largas y costosas batallas legales. Asimismo, también menciona que algunas páginas de reseñas de hoteles tienen sus términos y condiciones donde subrayan que se los indemnice en caso de alguna difamación difundida sin fundamentos. La mayoría de estas condiciones se encuentran en la letra pequeña de estas páginas y yo nunca me había fijado en ellas sin detenerme a publicar una crítica positiva o negativa. Por lo visto, parece que el miedo a la mala imagen acecha y no estaría mal que revisáramos nuestra libertad de expresión antes de disparar."
Si bien es cierto que Australia queda algo lejos de España, me hizo reflexionar y quiero expresarles con sinceridad, mis queridos lectores, que intento callarme antes de afirmar algo que pueda llevar a la difamación sin fundamentos, empero, no me callaré, ni me harán callar, si mi intención es colaborar a mejorar lo que, de hecho, se hace mal. No se puede permitir que en un hotel de lujo, con el paso del tiempo, adquiera prácticas, o mejor dicho, vicios de hostal de estación de tren de provincias. En España, muy a mi pesar, tales vicios los he encontrado con más profusión que en el resto de Europa, salvando algunos casos.
Comenzaremos en la próxima entrada del blog con Galicia y Asturias.